domingo, 27 de febrero de 2011

Declaración Fundacional

Estimadas amigas, estimados amigos:
Hace ahora ya cuatro años que un grupo de ciudadanos y ciudadanas constituimos el Foro Ciudadano Hero Neo. Nuestra intención principal, entonces y ahora, era dotarnos de un espacio de reflexión y debate que nos permitiera compartir inquietudes sociales, medioambientales, culturales y políticas, así como realizar propuestas que ayudaran a la construcción de una isla y de un mundo mejor.
Han sido años que nos han permitido conocer algo más y mejor a parte de la sociedad herreña así como de las diversas formas de manifestarse de la misma y de sus representantes políticos. Nuestra actividad pública se inició con la difusión y debate abierto de un manifiesto que llevaba por título Dignificar la actividad política. Así, a las puertas de las elecciones autonómicas y locales del año 2007 propusimos un debate entre los distintos partidos que concurrían a aquella convocatoria desde la isla de El Hierro. El alto interés del mismo reunió en el Casino de Valverde a gran cantidad de personas que oían con expectación y tuvieron la oportunidad de preguntar acerca de la postura de cada uno de ellos en torno a las propuestas realizadas por el Foro Ciudadano para dignificar la actividad política favoreciendo la democratización de las instituciones, la transparencia y la participación ciudadana.
Tal y como era de esperar, cada uno de los participantes sufrió un subidón de democracia e intentó ganar ante la audiencia una credibilidad que en algún caso no solo no venía avalada por su propia trayectoria política o la de su organización, sino que tampoco lo sería a posteriori en las instituciones en que han participado. Pero todos ellos rehusaron pronunciarse de hecho en torno a la propuesta recogida en el manifiesto y otras más que sugirieron las personas asistentes, algunas de ellas de gran interés.
Ante aquel público que actuó como notario se levantó acta del compromiso del Foro Ciudadano Hero Neo de hacer llegar sus propuestas a los gobernantes que accedieran a las instituciones tras la celebración de las elecciones. Y así se hizo. Representantes del FCHN se reunieron con los distintos alcaldes, gestores y representantes del Cabildo. Todos ellos manifestaron un claro desinterés en potenciar la participación ciudadana. La ciudadanía de La Frontera, incluso, vio cómo su nuevo alcalde suprimía la posibilidad de participación vecinal en los plenos, dando un grave paso atrás en la democracia municipal, que no sería más que el primero de muchos otros.
Mas, lamentablemente, esto no es nuevo. Es, más bien, el resultado de una deriva autoritaria como consecuencia del enquistamiento en unas instituciones públicas que todos los gobernantes de ayuntamientos y Cabildo han considerado una extensión de su partido. En el Cabildo, el ejercicio del poder ha sido patrimonio casi exclusivo de la AHI prácticamente desde el fin de la dictadura. La transición política a la democracia sirvió para garantizar un claro continuismo en la dominación en nuestra isla: treinta y dos años controlando las instituciones, con el paréntesis de tres años de un partido socialista que no supo aportar un proyecto político diferente. Tres décadas que han visto envejecer a la población mientras su administración se ha convertido en un instrumento partidista con el que exprimir las fuertes sumas de dinero que Europa, España y Canarias han remitido y cuyos principales beneficios no han ido a parar tanto a la sociedad como a unos pocos bolsillos.
Han sido décadas de un pacto tácito en el que no pocos consejeros y concejales se han beneficiado de un puesto de trabajo -con una remuneración en muchos casos impensable para su nivel de preparación y, por  supuesto, de dedicación- a cambio de convertirse en instrumentos para el desarrollo de políticas dictadas por dirigentes conniventes con los intereses privados. Han necesitado para ello corresponsabilizar en sus políticas a parte de la población y sus  familias, que han visto en su adhesión política y en su afiliación una vía para participar en el reparto de las migajas y, así, poder ir escapando gracias a contratos temporales, trabajitos de  pocos meses para limpiar carreteras y montes, subvenciones, vista gorda con el cuarto de aperos que se convierte en casa… Personas que han cambiado derechos por favores.  Y a los que no han entrado en ese juego o lo han denunciado se les ha respondido con persecución, ensañamiento, difamación, calumnias…
A quienes por diversas razones aspiraban a algo más que a limpiar cunetas o el monte se les ha preparado sueldos y destinos más jugosos. Sin más, preparados o no, con titulación o sin ella, han sido ubicados en despachos de Cabildo, ayuntamientos o empresas participadas ante el estupor de quienes, estando más preparados, pero no siendo del partido, veían que no hay futuro en la isla para ellos, que su esfuerzo por prepararse y estudiar se convertían en motivo de risa. Seamos claros, en esta isla se han vulnerado sistemáticamente los más elementales derechos democráticos de igualdad, mérito y capacidad: el acceso a los empleos públicos no corresponde a las personas más cualificadas previo cumplimiento de unos requisitos (sea oposición, concurso, antigüedad en el desempleo, etc.), sino a aquellas que, conocedoras del sistema del enchufismo, tocan en la puerta de aquel a quien entregaron el derecho de regir sus vidas.
Se ha configurado así, durante estas tres últimas décadas, una sociedad basada en
el clientelismo político, ese sutil sistema de relaciones sociales de dominación caracterizado por el hecho de que, a lo largo del tiempo, ha logrado establecer extensos vínculos de paternalismo y de lealtad a un dirigente político que conlleva relaciones de jerarquización atravesadas por el agradecimiento y la fidelidad permanente al mismo. Desde la poltrona, donde se sientan los gestores políticos y a través de una densa malla de relaciones personales que, coordinadas por el dirigente político de turno, recorre todos los núcleos y pueblos de las islas, el clientelismo logra articular un fino sistema de control y dominación en el que intervienen decididamente los militantes más fieles y comprometidos de los partidos dispuestos a recibir siempre las instrucciones precisas que deben trasladar a sus obedientes vecinos.
(“Dignificar la actividad política. Manifiesto del FCHN. 2007)
Han sido treinta años de paciente y concienzuda extensión de una uniformidad que, sin embargo, no han parecido suficientes para la construcción de una alternativa política que, desde la oposición, haya presentado propuestas de regeneración, dignificación y democratización de la vida política insular. Lejos de ello, tanto la derecha no nacionalista como la denominada izquierda insular han pretendido convertir la lucha política en una rivalidad exclusivamente entre personas y no entre ideas, entre proyectos. Para los militantes y seguidores de estos partidos, las elecciones son el momento de esperanza en el que “si ganamos, vamos a sustituir a los suyos por los nuestros”. Así pues, lo preocupante desde nuestro punto de vista reside en el hecho de que todas las fuerzas políticas insulares han alimentado entre sus filas el mismo proyecto de revanchismo y control de la población, el “conmigo o contra mí”, la dialéctica de amigos o enemigos. Se ha generado así una gravísima falta de cultura democrática con adhesiones inquebrantables que acaban por condicionar y dirigir las vidas de personas, llegando a vigilar, e incluso censurar sin reparos, las amistades que establecen ellos o sus familias. Carencia democrática que, por más que se simule lo contrario en el interior de las organizaciones existentes, permite a los grupos dirigentes –con intereses personales concretos y no siempre transparentes-, previo paripé asambleario, dirigir a su antojo el rumbo de sus organizaciones y perpetuarse en las instituciones mediante la confección a dedo de listas electorales en las que una y otra vez repiten en primer puesto las mismas caras. (Véase el eterno deshojar la margarita en la AHI,  las disputas locales e insular por el encabezamiento de las listas en un PSOE sin proyecto insular, el inmovilismo personalista del PP…)
Mientras tanto, ¿se hablará algún día de las enormes cifras de paro que hay en la isla? ¿Preguntará alguien por qué el Cabildo o los ayuntamientos no ofrecen jamás porcentajes de población en paro con el fin de poder comparar los datos con los del resto de Canarias y España? ¿Conoceremos algún día el alcance real de malos tratos que niegan a tantas mujeres en la isla no solo su condición de ciudadanas, sino también la de personas? ¿Y de drogodependencias, de salud mental, de atención a las personas dependientes, de discapacitados, de la tercera edad, de menores en riesgo, de fracaso escolar…? Interesados únicamente en potenciar obras, se ha desatendido dolorosamente la calidad de vida de los colectivos más vulnerables de la población. Es evidente que esto no interesa: al Cabildo porque hace añicos el espejismo idílico de la isla, ese de que aquí somos 100% en el 100% de las cosas maravillosas, porque le obligaría a aceptar su responsabilidad y reconocer su incompetencia. Al PSOE porque prefiere no ahondar la crisis que ya padece su gobierno. Al PP porque no sabe, no contesta.
Como tampoco interesa hablar de vertederos ilegales, chatarra contaminante, numerosas obras públicas sin acabar, contaminación del Pozo de la Salud, cuentas de Mercahierro -cuya ocultación de datos ha llevado a una condena judicial al Cabildo-, o de la destrucción del patrimonio prehispánico entre muchos otros.
Pronto comenzará la frenética actividad electoral y volveremos a ver, cómo no, a los mismos candidatos vendiendo el mismo proyecto ilusionante de siempre, a los aprendices de candidato visitando intimidatoriamente a las personas y recorriendo calles y plazas, entrando a casas para entregar, como quien entrega una citación, los fatídicos sobres con las papeletas de sus partidos. Las papeletas que les mantendrán a ellos en el poder y a los votantes en la ruleta. Les acompañarán los aspirantes a candidatos para las próximas elecciones y los jefes locales de las agrupaciones, acechando repugnantemente con el rabillo del ojo y ejerciendo la autoridad que les da la veteranía y la anestesia inoculada en las mentes temerosas de quedar fuera de sus recomendaciones.
No dudamos de la honestidad de la inmensa mayoría de votantes de todas las tendencias. Pero todos conocemos y hablamos a diario con nuestros más allegados sobre la historia negra, la de los enchufes, los miedos, los favores, los chismorreos, los consejos que te doy por tu bien… razones todas que dinamitan las buenas intenciones de no pocos y pocas y tuercen sus voluntades.
Hay, sin embargo, un amplio abanico insular de gente que lleva muchos años harta de esta macabra ceremonia del poder que compra no solo votos, sino también almas. Un importante sector de ciudadanos y ciudadanas que se ha refugiado en diversos proyectos personales o ha huido sin más de este triste espectáculo, intentando poner así a salvo su dignidad. Son personas que han participado en numerosas iniciativas y movilizaciones ciudadanas, en colectivos vecinales y culturales o en experiencias transformadoras y alternativas. Y lo que es mejor, siguen siempre dispuestas a ello.
Otros y otras, en cambio, disparan su rabia verbal a diario y manifiestan su disconformidad con este sistema mediante la abstención electoral o, creyendo hacer lo mejor, votan tapándose la nariz por aquello que consideran menos malo. No más.
En uno y otro caso se trata de un importantísimo sector de la población que, coincidiendo en numerosos planteamientos, consciente de que lo que hay es malo, pero también de que lo que se le ha ofrecido hasta ahora tampoco es mejor, ha renunciado a su derecho de participar activamente en la transformación social y política. Lo mismo que la inmensa mayoría de la juventud.
Los miembros del Foro Ciudadano hemos mantenido desde el año 2007 un ritmo de trabajo que nos ha permitido compartir ideas y estar al tanto de las incertidumbres generadas por los cambios producidos tanto dentro como fuera de la isla. Se ha hecho siempre desde una clara vocación de promover la participación de todas aquellas personas y organizaciones que compartieran los objetivos. Algunos lo han entendido así y han decidido sumarse desde su soberanía e independencia en la acción. Hemos organizado sendos debates entre partidos políticos (locales y autonómicas 2007) y candidatos al Senado. Hemos apoyado y organizado actos de recuperación de la memoria histórica de todos aquellos ciudadanos y ciudadanas deliberadamente olvidados que fueron víctimas de la represión porque entregaron los mejores años de su vida en la defensa de las libertades; hemos impulsado significativas campañas de apoyo al pueblo saharaui y palestino, organizado actividades de defensa del medio ambiente, participando en otras organizadas en torno a la educación, la cultura, etc. a las que hemos sido invitados.
Ahora creemos, además, que podemos y debemos ofrecer una alternativa democrática que posibilite a la población insular romper la categoría de súbditos para convertirse en ciudadanos. No es poco. Quienes apoyamos este proyecto consideramos esencial sumar voluntades, romper silencios, desterrar y denunciar amenazas. Todas aquellas personas que se identifiquen con lo aquí expuesto pueden contribuir en la medida que lo deseen. Algunos hemos decidido ya dar un paso adelante con el fin de hacer lo necesario para presentar una candidatura en las próximas elecciones.
En el proceso de maduración de esta idea algunas personas han intentado disuadirnos de ello. En unos casos por evidentes razones políticas, pues consideran que nuestra decisión puede perjudicar claramente sus intereses. En otros porque, queriéndonos sinceramente, desean evitarnos pasar por los horrores que han presidido hasta aquí la acción política.
Pero sabemos que son muchos los ciudadanos y ciudadanas de esta isla que esbozarían una sonrisa si esto cambiara. Merece la pena intentarlo, porque esto ya de por sí es un logro. En todo caso, gracias por haber dedicado parte de tu tiempo en leer este escrito. Recibe un sincero abrazo de tus amigos y amigas del

 Foro Ciudadano Hero Neo.
En El Hierro, en el mes de febrero de 2011

3 comentarios:

  1. Qué suerten vivir aquí28 de febrero de 2011, 12:35

    ¡Ya era hora!

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  2. Más claro imposible, hasta cuándo más de lo mismo.

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  3. La intención es buena, pero poco conocéis a la sociedad y sobre todo a la herreña, lo digo porque bajo mi humilde opinión es que en este blog, particularmente en vuestra carta de presentación no habéis hablado de manera genérica de lo enferma que está la política como un todo en un todo, sino mencionando a partidos de esta isla, esto a mi parecer ha sido un error. Sabemos que todos los aspectos negativos en la forma de gobernar que tocáis aquí se dan en todos los partidos políticos existentes cuando llegan al poder, en mayor o menor medida, y no solo a nivel insular, sino más allá de las fronteras de nuestra autonomía. Ir a favor de (vuestras propuestas) y no en contra de (los partidos políticos herreños), les beneficiaría mucho más. Suerte y les seguiré de cerca.

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